Conforme la tecnología ha ido progresando hemos visto la forma en la que el mundo de los videojuegos ha ido cambiando. Basta con echar un vistazo al pasado para ver como las consolas de 8 bits daban paso a las de 16 o cómo la aparición del Blu-ray dejaba obsoleto al tan extendido DVD.
A pesar de que los avances en videojuegos más significativos han tenido que ver con el desarrollo del hardware, la llegada de internet ha supuesto un antes y un después en esta industria. Con internet no solo nos referimos a la posibilidad de poder jugar online desde casa con tus amigos, sino a la forma en la que se desarrollan actualmente los videojuegos o la importancia que tiene la red en el proceso.
El fracaso de E.T muestra a la perfección la importancia de internet en los videojuegos
Gracias a la llegada de internet los videojuegos pueden recibir actualizaciones periódicas con el tiempo. No cabe duda de que esto se trata de un avance muy importante en la industria, ya que los videojuegos pueden contar con nuevas opciones con el paso del tiempo o actualizarse para ofrecer nuevo contenido a los jugadores.

Lo que en principio parece que es una ventaja para muchos jugadores, lo cierto es que guarda tras de sí algunos aspectos que merece la pena analizar. Uno de los fracasos más llamativos en la industria del videojuego tuvo que ver con el fallido lanzamiento del videojuego E.T para Atari.
La película de E.T de Steven Spielberg supuso todo un éxito en los años 80 y, por supuesto, contó con una gran cantidad de merchandising y productos relacionados en donde también se encontraban los videojuegos.
El videojuego de E.T de Atari cuenta con el dudoso galardón de ser considerado por muchos como el peor videojuego de la historia. El principal motivo se debe a que era un videojuego que no se podía acabar, ya que contaba con un fallo en su programación que impedía que los jugadores superasen un nivel del juego y, por lo tanto, no se podía finalizar.
Este fallo provocó que Atari retirara de la venta el videojuego y se crease la leyenda negra de que enterraron miles de copias en el desierto. Sea como fuere, el videojuego ya estaba acabado y no había forma de arreglarlo, por lo que no tenía sentido vender un producto roto e inacabado.
Internet y la corrección de errores
Si el lanzamiento de E.T hubiera ocurrido a día de hoy la repercusión no hubiera sido la misma. Gracias a que los videojuegos ahora se pueden actualizar por internet, los desarrolladores no hubieran tenido problema alguno en corregir el videojuego de forma online para que los jugadores pudieran acabar lo que en su día empezaron.
Lo que en principio puede parecer una ventaja para evitar este tipo de situaciones, en ocasiones, no lo es tanto. Esto se debe a que, al tener la posibilidad de corregir el producto con el paso del tiempo, los lanzamientos no tienen (en unos cuantos casos) la calidad necesaria como hace unos años.
El principal problema de E.T dejó muy claro a la industria del videojuego que este tenía que salir al mercado bien pulido debido a que no podían corregirse los errores más adelante. El problema de internet en el mundo de los videojuegos es que buena parte del sector se está aburguesando y cada vez es más normal ver videojuegos que, en el día 1 de su lanzamiento, cuentan con numerosos errores que se corrigen con el tiempo.
Esta corrección a futuros también posibilita a la empresa ahorrarse dinero en testers o programadores, haciendo que los propios jugadores sean aquellos que detectan los fallos reportándolos a la propia desarrolladora para que implemente las medidas para mejorarlos.
En definitiva, resulta muy curioso ver como detrás de todas estas ventajas que en un principio se consiguen con la llegada de internet se generan nuevos problemas que años atrás no sucedían. Una vez más, la tecnología y el progreso deben ser utilizados sabiamente como una herramienta poderosa y no como un fin para lograr cualquier cosa sin importar el coste.