Un mantra que se repite entre los jugones más veteranos es que los videojuegos eran más difíciles hace unos años que ahora. A pesar de que hoy en día existen algunos videojuegos que para muchos tienen un nivel de dificultad de lo más elevado, como Dark Souls o el recién estrenado Silksong, lo cierto es que muchos miran con nostalgia hacia atrás hacia juegos más complicados.
A pesar de que la nostalgia es algo poderoso para muchos de nosotros, lo cierto es que sí que es cierto, por norma general, los videojuegos de hoy en día son bastante más sencillos que los de antes. Si estás pensando que esto es una opinión personal, basta con comparar algunos aspectos como los mapas dentro de los juegos, los tutoriales, la información de ciertos NPC o incluso los puntos de guardado.
El mercado de los videojuegos está cambiando
Todo esto responde a una lógica abrumadora, los tiempos han cambiado. Cada vez son más las personas que juegan a videojuegos y, por lo tanto, el mercado está evolucionando. Mientras que hace unos años tan solo unos pocos disfrutaban de esta afición, hoy en día prácticamente todo el mundo cuenta con un juego instalado en su dispositivo móvil.

A esto, hay que sumar otros aspectos como la gran variedad que existe hoy en día. Cuando el mercado de los videojuegos era más reducido no había tantos lanzamientos a lo largo del año. Esto obligaba al usuario a jugar y jugar el mismo juego durante meses. Poner una dificultad elevada permitía que el título siempre fuera sugerente y presentara un reto en cada partida.
Si esto lo comparamos a cómo está el mercado a día de hoy, es un hecho que la gran mayoría de las personas acaban cambiando un videojuego por otro si no son capaces de superar el reto que se plantea. Esto es algo normal, ya que también el público ha crecido, tenemos menos tiempo para las cosas y, por lo visto, menos tolerancia a la frustración.
Las máquinas arcade tuvieron mucha culpa en la dificultad
Por otro lado, no podemos dejar de lado las máquinas arcade. Dependiendo de los años que tengas, querido lector, es probable que hayas tenido la suerte de haber visitado algún salón recreativo. Cuando no todo el mundo tenía la suerte de poder jugar videojuegos en casa, pasaba el tiempo gastando pesetas jugando a las clásicas máquinas recreativas.
En esos casos el videojuego era diferente, ya que se trataba de un negocio distinto y, evidentemente, eran más complicados para que el jugador perdiera y tuviese que echar más dinero. Juegos de dificultad endiablada como Ghost and Goblins, o incluso otros más amigables como The Punisher o Cadillac Dinosaurs que también obligaban a gastar unas buenas pesetas.
Esos videojuegos eran complicados y nadie se quejaba, era algo con lo que se vivía y se aceptaba. Otro de los problemas que marcaba la dificultad de un videojuego eran los controles. Hoy en día nos encontramos con joystick que cuentan con muchas direcciones y botones sensibles a la presión. Esto es algo que antes no ocurría y unos controles de mala calidad convertían a un juego de plataformas sencillito en todo un desafío.
Está claro que todo esto suma y la diferencia se ha ido acrecentando con los tutoriales integrados dentro del propio juego, los checkpoints frecuentes o los sistemas de ayuda dinámica. Los juegos de disparos son más sencillos gracias al autoapuntado y qué decir de los juegos de coches que frenan mágicamente por nosotros.
Todos estos cambios se han llevado a cabo para que el jugador no se frustre consigo mismo y se sienta realizado cuando es capaz de terminar un videojuego. Esto no quiere decir que no salgan al mercado juegos complicados, para los más exigentes, pero al tratarse de un producto que dista bastante de lo que demanda el público general los títulos suelen ser más escasos.
Muchos dirán que cuando un hobby se populariza tanto se pierde la esencia del mismo o se estropea. Cada vez son más las personas que juegan a videojuegos y se interesan por los mismos, por lo que tendremos que estar atentos sobre cómo evoluciona esta maravillosa afición.